CIRCULAR 131
TROMPOS Y GIMNASTAS
Tatiana, sobre la base de lo que le dije durante un repaso, en la reciente prueba de matemática contestó que un cuadrado NUNCA puede ser un rombo. Su docente (Myriam) marcó esta respuesta como un error, lo que me indujo a enviarle una misiva en la que reivindicaba la respuesta de Tati, basándome en:
- a) los conocimientos por mí absorbidos en el colegio en la primera mitad del siglo XX.
- b) las definiciones del Diccionario de la Academia (1984) y de la Enciclopedia Planeta (esta última publicada en 1999 por el diario La Nación), que especifican, palabra más, palabra menos, que el rombo tiene dos ángulos obtusos.
Myriam, en ocasión de un breve encuentro motivado por los festejos escolares del 9 de julio, me explicó que, si bien lo mío era correcto desde un punto de vista linguístico, la doctrina matemática reciente estudia las figuras planas desde un criterio lógico por lo que considera el cuadrado como una de las configuraciones (acaso la más perfecta) del rombo y por ende del trapecio. Análoga posición asumió Gabriel, quien defendió el valor didáctico de este esquema como el que exige al alumno comprender que el cuadrado se ubica tanto en el conjunto de los rombos cuanto en el conjunto de los rectángulos (que, dicho sea de paso, sostienen ser trapecios, pues pertenecen al subconjunto de los paralelogramos) y constituye el punto de interfase entre ellos.
Por supuesto estos argumentos no me han convencido, razón por la cual sostuve una correspondencia con la Academia Argentina de Letras. Mi última carta no ha sido contestada: dejo a vuestro criterio decidir si ello se debe a que he fastidiado a esos probos letrados o a que no tienen respuesta.
O sea, que los matemáticos utilizan una jerga propia, apropiándose ad libitum de algunos términos de la lengua. Me pregunto porqué, si tanto se necesitaba de esos conjuntos, en vez de robar a la lengua las palabras trapecio y rombo no se recurrió a los términos cuadrilátero (o cuadrángulo) y cuadrángulo equilátero (en este caso era bueno evitar la expresión equivalente cuadrilátero equilátero por una cuestión de elegancia linguística). Confío, por el prestigio de los profesores de la Academia, que en fecha posterior a 1984 no hayan aceptado o acepten en el futuro el uso indebido propuesto por los matemáticos para estas dos palabras. El resultado de esa connivencia sería un penoso empobrecimiento de la lengua que nos obligaría, para designar el rombo, a recurrir a una perífrasis. Más grave el caso de los trapecistas, cuya herramienta de trabajo debería llamarse en lo sucesivo: cuadrángulo de dos lados desiguales entre sí más dos (levemente oblicuos) iguales entre sí.
Buenos Aires, 20 de julio de 2001
- Nota explicativa del título: 'Trompo' es el significado etimológico de 'rombo', palabra que deriva del griego antiguo.
- Nota biográfica del Autor: como Uds saben, frecuenté el colegio sólo por 9 años, en Italia. Aprobé como alumno libre el 1ro y 5to grados de la Primaria y el 2do y 3er año del Liceo. En 1951 mi diploma Italiano de Bachiller fue revalidado tras rendir exámenes en el Colegio Nacional de Buenos Aires.
- Nota innecesaria, por intuitiva: todos los polígonos que aquí se mencionan son convexos.
PARA: Mariela, Gabriel, Luciana, Carla, Eric, Alex, Lorenzo, Tatiana.
C/C para: Myriam, Academia Argentina de Letras
MA NON FU SPEDITA